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AMLO rechazo prueba para detectar el Covid-19 en cinco minutos.

Tras el actual estado de contingencia por el contagio de Covid-19 que se agrava con los días, hay un sinfín de sucesos no conocidos por la comunidad, tal es el caso de cómo se pudo detectar más tempranamente el contagio.

El hecho fue el siguiente, tras el brote de la enfermedad los Laboratorios Abbott, una empresa fundada en Chicago, cuyo jefe de científicos es Richard Robert, ganador del premio nobel de medicina en 1993, desarrolló una prueba para detectar el Covid-19 en cinco minutos.

Días después de realizar pruebas de su dispositivo con éxito, llegaron a las puertas de la Casa blanca y de la Secretaría de la Salud de México para ofrecerla.

En Washington, la sola reputación del laboratorio permitió un acceso inmediato para presentar su propuesta. Con un documento de 14 páginas, donde explicaban cómo funcionaba su dispositivo de detección molecular del Covid-19 y basándose en el análisis de pacientes en Wuhan, ciudad donde estalló la pandemia. Con esto, se ganaron la aprobación por parte de los responsables de la salud pública de ese país; tras ser evaluados y aprobados se permitió su comercialización.

En México, el mismo documento de 14 páginas se presentó ante la Secretaría de Salud, sólo que la respuesta no fue la misma ya que no hubo algún interés por saber más de la prueba, ni siquiera se preguntó por el costo para adquirirla y se prohibió a los gobiernos estatales, por parte de la Secretaria de Salud adquirir la prueba.

El argumento que se dio por haber tomado esa decisión fue que no estaba autorizada por Cofepris, pero la razón real fue otra. Al mencionarse que se podrían hacer las pruebas para una detección temprana del virus, no se autorizó la fabricación porque contravenía la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, que no quería pruebas en la población, ya que no creía que la pandemia fuera real. Esto es un ejemplo de un gobierno deficitario sometido al poder y decisión absoluta de su presidente, donde no se puede expresar lo que se piensa en realidad.

Otro claro ejemplo de las decisiones tardías fue la falta de adquisición de insumo. En el caso particular de las mascarillas de aislamiento N95, las cuales hasta el día de hoy se reitera por parte del gobierno que no son eficientes, algo que se contradice al verse una demanda alta a los fabricantes de Estados Unidos. Y lo mismo sucedió con respiradores y con medicinas que estaban dando resultados en otros países donde se aplicaban.

Como medida extraordinaria López Obrador pidió a los líderes del G-20, en una reunión virtual, que se debía garantizar el acceso a los equipos médicos, y solicitó urgentemente la intervención de la ONU para una adecuada administración de los insumos. Como era de esperar esta medida llego muy tarde.

Hoy en día se refleja el agotamiento de las mascarillas N95 y una firme campaña gubernamental donde se define que no sirven las mascarillas simples, cuando en otros países se ha demostrado que han ayudado a reducir la curva de crecimiento del contagio. Y aún no existe un plan donde se contemple el uso de mascarillas simples y gel gratuito en los transportes colectivos.

Ante tantas medidas negligentes y tardías por parte de un gobierno que no aceptó la realidad de la pandemia y la resistencia a prepararse no se sabe cuál será el resultado de estas decisiones, pero se refleja en la situación actual del país.

Si, se hubieran interesado más en la propuesta enviada por los laboratorios Abbott el panorama actual podría tener unas estadísticas más favorables y no recurrir a medidas extraordinarias o improvisadas carentes de preparación y sobre todo negligentes.

Fuente: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/al-laboratorio-que-le-dijeron-no

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